Mi relación con este asunto de las citas
es de amor y odio. Por un lado echo de menos aquello de antaño de acudir a los
sitios a la buena ventura, sin saber lo que te ibas a encontrar, dispuesto a
entrar de corrido o por el contrario esperar la correspondiente cola en función
de la gente que hubiera decido ir a la misma hora que tú. Pero esos tiempos han
pasado y ahora todo se gestiona a través de la correspondiente cita, añado lo
de previa, sin cuyo requisito no se te puede ni ocurrir aparecer por un sitio.
En estos últimos meses me he puesto
«morado» de solicitar citas, debe ser que va por rachas. Antes de tener todas
estas experiencias se me ocurrió aparecer por una oficina de Hacienda a hacer
una simple consulta para saber si de verdad tenía que acudir presencialmente a
una Oficina de Hacienda y ya el mismo vigilante de seguridad de la puerta de
entrada, el que controla si llevas cosas o sustancias «peligrosas» me preguntó
si tenía cita y como le dije que no, pues…media vuelta y a pedirla.
La solicitud de citas no siempre es
sencilla. El mundo de internet ha aportado mucho a estos trámites y aunque cada
empresa u organismo tiene sus entretelas, con un poco de paciencia es
relativamente fácil hacerse con una cita en una fecha y hora concreta que nos
venga bien. La otra alternativa que es la básica en la mayoría de los casos es
el teléfono, aunque esta faceta la desconozco por no haberla utilizado nunca.
Esto de la cita previa tiene su ventaja
pues permite organizar el trabajo y controlar de alguna manera la afluencia de
público y evitar las aglomeraciones, siempre de forma «orientativa» como
machaconamente te repiten por activa y por pasiva para que acudas, siempre,
armado de paciencia. A mí invariablemente me acompañan mis lecturas, bien en el
propio teléfono móvil bien en mi lector electrónico, de forma que puedo
aprovechar el tiempo que sea menester sin tener la sensación de estarlo
perdiendo.
Como decía, en los últimos tiempos he
tenido que solicitar dos veces cita en Hacienda, —una para preguntar y luego
otra para hacer el trámite—, una vez en la Dirección General de Tráfico y dos
veces más en temas relacionados con el Ministerio de Sanidad. Y en este asunto,
una de cal y otra de arena.
La cita con el médico de cabecera, al
menos en Madrid, se puede hacer cómodamente por internet. Si no tienes una
necesidad perentoria y puedes elegir el día, mejor es que elijas la primera
hora, la primerísima hora de todas, al menos con mi médico. A pesar de la cita
previa, que recordemos siempre es orientativa, cuando la cita ha sido a media
mañana, he llegado a tener que esperar DOS horas a que me llegara mi turno, y
eso sí, sin ninguna explicación. Por ello, pido la cita con tiempo y un día a
primera hora siempre y cuando no tenga urgencia.
Pero la otra cara de la moneda ha llegado
con una cita en un hospital para solicitar la consulta de un especialista. Este
trámite, que yo sepa, no se puede realizar por internet y hay que acudir
personalmente con el volante al hospital. Allí, en una máquina expendedora de
tickets de turno, eliges el tipo de cita y te sientas a esperar. Como se ve en
la fotografía, llegué a las 09:54 y tengo que decir que accedí al empleado que
me iba a dar la cita efectiva con el especialista a las 10:45, es decir, 51
minutos de espera. ¡Menos mal que llevaba mi libro y había sitio para sentarse!
Pero ahí no acabaron mis males; fui
informado de que concretamente «ese» especialista no tenía su agenda publicada,
por lo que no podían darme la cita y me tenía que dirigir a la propia consulta
para obtenerla allí directamente. Cuando te presentas en la puerta de la
consulta, el típico cartelito de «No llamen ni entren, la enfermera saldrá
periódicamente». Por no alargar más esta entrada, otros 22 minutos de espera
hasta que salió la enfermera, la pude contar mi caso y me dio la cita ya
definitiva y efectiva.
Como reflexión, cada maestrillo tiene su
librillo, cada uno se organiza sus citas como quiere y puede. Pero se me ocurre
pensar que al tratarse de organismos oficiales, no estaría de más que se pusieran
todos de acuerdo y se pudieran obtener las citas de un modo centralizado, pero
supongo que queda mucho trecho para llegar a esto si es que se consigue alguna
vez.