Con
motivo de la estancia de mi hija en EE.UU. en su año de estudios, en estos dos
últimos años ella y nosotros hemos tenido que desplazarnos en avión, pues los
más de ocho mil kilómetros que separaban nuestra casa de su destino no
permitían considerar otra forma de transporte. Mala suerte o las
circunstancias, ha ocurrido de todo en los vuelos: retraso considerable de
cinco horas, cancelación de los vuelos y un día de retraso, —esto en dos
ocasiones— y pérdida de la maleta al llegar a destino. Algo contaba en la
entrada «VOLAR» de este blog donde decía que la saturación de pasajeros y las
nuevas formas de acometer las incidencias de las compañías aéreas ponen a los
sufridos paganinis a los pies de los caballos con más frecuencia de lo que
sería de desear. Y si no que se lo digan, en estos días del verano de 2018, a
los miles de viajeros de Ryanair que contrataron y pagaron sus vuelos hace
meses y se han quedado en tierra y con evasivas de todo tipo por parte de la
compañía en cuanto a su reubicación o indemnizaciones.
Mi
hija regresaba este fin de semana de EE.UU. en un vuelo que no era directo y
por el que tenía que hacer una conexión en París. Hoy en día tenemos tremendas
posibilidades a través de internet de consultar las reservas, efectuar el check-in y obtener las tarjetas de
embarque y en algunos casos hasta pre-facturar el equipaje. Esto es muy bueno
cuando las cosas funcionan, pero cuando no es así… sobresalto al canto.
Por
pura rutina, a principios de la semana accedí a la web de la compañía, en este
caso Air France, para consultar el estado de la reserva, que estaba confirmada
desde abril de este año. Por aquellas cosas del destino, ni a través del código
de reserva, ni a través del billete, ni a través del vuelo, ni a través de
nada, aparecía la dichosa reserva. Aunque hoy en día todo se puede hacer por
internet, en ciertas cosas conviene seguir utilizando los servicios de una
agencia de viajes, máxime cuando el importe va a ser el mismo, porque te puedes
llevar alguna sorpresa positiva, como nos ocurrió con el billete de este vuelo
en el que nos ahorramos casi 200 euros por la profesionalidad de Marisa, de la
agencia IMAGINE EVENTS, a la que estaremos
eternamente agradecidos. Le facilitamos los datos del vuelo exacto que
queríamos, anduvo trasteando unos días, y nos encontró una «solución» que nos
ahorró como digo casi 200 euros. Ella se encargó de todo y nosotros lo único
que tuvimos que hacer es una transferencia por el importe.
Como
puede verse en la imagen, la reserva no aparecía y estaba tecleando los datos
perfectamente. La bilirrubina empezó a subir alarmantemente. Llamé por teléfono
a la agencia y aunque me dio la impresión de que Marisa no estaba en la
oficina, me atendió maravillosamente y me dijo que efectivamente Air France no
reconocía la reserva pero que su compañía aliada KLM sí la tenía. Que al día
siguiente lo miraría con más calma pero que todo estaba correcto. Menos mal. Aun
así, y para quedarme más tranquilo, llamé al teléfono de atención de Air France
donde tras un buen rato de … «todos nuestros operadores están ocupados», me
atendieron en español, me confirmaron que la reserva estaba correcta, pero
hicieron oídos sordos al problema de acceso vía web alegando que sería un
problema temporal o incluso de mi navegador. Lo probé desde cuatro navegadores
en dos ordenadores diferentes y en ninguno funcionaba.
El
siguiente paso a realizar desde casa era el check-in
para obtener la tarjeta de embarque y confirmar el vuelo, que en el caso de Air
France puede hacerse desde 30 horas de la salida del vuelo. Me pongo manos a la
obra y esta vez me reconoce la reserva, los datos, pero en la tercera pantalla
me pide que inserte la dirección en el país de destino. ¿Qué narices le
importará a Air France mi dirección en España? ¿O es que esperan por anticipado
perder el equipaje y quieren saber a dónde llevarlo cuando lo encuentren? Me
pongo a introducir los datos y al llegar al correspondiente a Provincia/Estado
resulta que solo me deja indicar un estado de EE.UU, ni siquiera dejarlo en
blanco. No hubo manera ni con un navegador ni con otro… ¿Qué pasa en la web de
Air France? ¿Soy yo que no me entero?
Opté
por no molestar de nuevo a la agencia y llamar de nuevo al teléfono de
asistencia al cliente de Air France. Nuevamente unos cuantos … «todos nuestros
operadores están ocupados» hasta que me atendió una operadora que me dijo que
la reserva estaba correcta y unas cuantas indicaciones, que voy a calificar
amablemente de «tonterías» acerca de que si la página web tenía que ser de
EE.UU., que yo tenía que estar en EE.UU., que mi navegador o mi ordenador
estaría mal y otras lindezas por el estilo menos reconocer que era la página
web la que estaba funcionando mal. Al menos conseguí que me fijara un asiento,
que fue una señal de que todo estaba correcto. El check-in —FUNDEU dice que debe utilizarse la palabra registro en
español pero humildemente creo que se queda un poco difusa— tendría que hacerse en
el aeropuerto como en los viejos tiempos y sacar tarjetas de embarque en papel
en lugar de poderlas llevar en una imagen en el teléfono como se hace ahora en
los tiempos modernos.
Al
final el viaje transcurrió de forma normal cumpliendo sus horarios, por lo que
mi hija puede decir que al menos uno, solo uno, de sus viajes a EE.UU. no ha
sufrido incidencias.