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domingo, 2 de septiembre de 2018

ARTIMAÑAS




Está a la orden del día y pienso que se pueden contar con los dedos de media mano los que andando por el mundo de la red no hayan caído en alguna trampa de la que se derive un ataque a su bolsillo. A lo largo de este blog he comentado algunas de las que me ido encontrando y supongo que todavía me quedarán muchas por ver. Hay que estar atento, muy atento, y aun así tarde o temprano acabaremos cazados.


A principios del verano me vino mi hija con que una amiga le había comentado que había una oferta, imbatible ella, de tres meses de suscripción por un euro a esa archiconocida plataforma de música. Le dejé muy claro que esa suscripción no sería renovada, al menos a mi cargo; si ella quería destinar diez euros de su paga mensual a escuchar música, era su decisión. Dijo que no, que era para tener música durante el verano y que luego no renovaría la suscripción. Puse mi tarjeta bancaria, me cobraron los 0,99 céntimos de euro y a disfrutar.


Leí la letra pequeña con toda la atención con la que fui capaz y me quedó claro que la renovación era automática, es decir, a los tres meses utilizarían la tarjeta para seguir mes a mes adelante con el contrato. Apunté en mi agenda revisar para una semana antes el estado de esa suscripción, para renunciar expresamente a que asaltaran mi tarjeta de forma automática. Al final de esta semana se cumplía el plazo de los tres meses y me puse manos a la obra a cancelar la suscripción y evitar la renovación.


Hay que decir que estaba tranquilo porque la tarjeta que utilizo para estas cosas a través de internet es una tarjeta virtual recargable que está siempre a cero pelotero; los euros estrictamente necesarios para cualquier operación se cargan segundos antes de que vayan a ser utilizados. 


Tras un tiempo en recuperar el usuario y contraseña que no se sabía dónde habían ido a aparar, accedo al panel de suscripciones y pagos y me encuentro con la imagen que puede verse al inicio de esta entrada. Me informan de que estoy suscrito a la versión «free» pero que tienen otra mucho mejor llamada «premium» y me incitan a probarla gratuitamente durante un mes. Otra vuelta de tuerca. Pero lo que yo voy buscando que es cancelar la suscripción no aparece por ningún lado; voy a concederles el beneficio de la duda: yo no lo encuentro, no digo que no esté, pero debe estar lo suficientemente escondido para que un «inútil» digital como yo lo encuentre.


Voy hacia adelante y hago clic en probar la nueva versión. Me aparece el siguiente panel



Más de lo mismo, me dicen que al finalizar la prueba automáticamente se renovará la suscripción en la tarjeta que nuevamente me solicitan y, lo más gracioso, «puedes cancelar cuando quieras». Como ya voy con el colmillo retorcido veo que al final del texto a la derecha, lo que he marcado con una estrella, hay un enlace a las condiciones al completo y las instrucciones de cancelación. Más letra pequeña, mucha letra pequeña y después de leer cuidadosamente todo no encuentro por ningún lado las prometidas instrucciones de cancelación. Lo único que he visto en la letra pequeña dice «Para obtener información sobre cómo cancelar su cuenta Spotify, póngase en contacto con nosotros a través del formulario de contacto de Atención al Cliente que se encuentra disponible en la página “Acerca de”. Esta sección se implementará en la medida que lo permita la ley. Usted puede rescindir los Contratos en cualquier momento». No digo que no estén, estarán por algún sitio, pero yo no las encuentro y además ya me toca un poco las narices estar dedicando tanto tiempo, y perdiéndolo a mi entender, a este asunto. Concluyendo, tarjeta con disponible a cero y que intenten la renovación, a ver qué pasa, a lo mejor me ponen una denuncia por no atender el pago de una renovación que no he podido o no he sabido anular.


Justo es reconocer que no todas las compañías son así. Esta semana también me vencía una suscripción anual a Eurosport que había realizado en estas fechas el año anterior aprovechando una muy buena oferta. Como no deseo renovarla tampoco, me armé de paciencia por la experiencia anterior, pero todo ha sido un camino de rosas, sencillo y directo. Aquí la imagen



Como parece que la cosa no va a cambiar, las empresas seguirán estudiando artimañas para engañarnos y nosotros nos tendremos que defender en la medida de nuestras posibilidades, aprendiendo de los errores propios o ajenos, poniendo mucho más cuidado a la hora de meternos en charcos electrónicos, apretando los botoncitos tras leer detenidamente y, fundamental, no dando nuestros datos personales y los de nuestras cuentas o tarjetas a cualquiera. Aunque sean 0,99 cts. Porque el dato vale mucho más que lo que nos están ofreciendo. Me gustaría saber cuántas renovaciones automáticas se producen sin el expreso deseo del usuario, por omisión, olvido o por no saber cancelarlas a tiempo.

Añadido el martes 4 de septiembre de 2018 a las 09:30.

Aquí tenemos lo anunciado. Esta empresa ha lanzado el correspondiente cargo intentando renovar la suscripción que no he podido o sabido cancelar


Como era previsible, se han llevado un chasco. Ojalá fueran muchos los chascos y se dieran cuenta de que sus artimañas no son de recibo. Yo por mi parte ya les he puesto la cruz de por vida. En el fondo supongo que les resultará rentable porque serán muchos los que caigan en la trampa y se den cuenta cuando el dinerito haya sido extraído de su tarjeta. Y eso si lo miran, que de todo hay en la viña del Señor. Y luego vete a reclamar para recuperarlo; quizá lo consigas, pero el esfuerzo y la dedicación sin duda será grande. O quizá una vez que te han detraído el primer pago ya te dejen cancelar la suscripción con más facilidad: yo por mi parte no voy a comprobarlo.

Ahora a esperar la siguiente acción por parte de Spotify. Supongo que se dirigirá a mí haciendo ver que sienten mucho no haber podido renovar mi suscripción conforme a mis deseos, ya que no la había cancelado ¡Vaya morro, se lo pisan! 


Añadido el martes 4 de septiembre de 2018 a las 20:40.

Aquí tenemos lo previsto en el último párrafo anterior. Vaya por delante que como ya he comentado, la semana pasada dediqué varias horas a intentar cancelar la suscripción. Asumo que soy un zote y no he sabido encontrarlo, pero lo podrían poner un poco más fácil. Me llega el correo electrónico correspondiente cuya imagen está a continuación

Como yo había previsto para defenderme de sus artimañas, el pago ha fallado. Pero me dicen que no me preocupe, lo van a volver a intentar de nuevo en los próximos días, eso sí, no dicen cuántas veces. Siguen instalados en sus trece, ni por un momento se piensan que NO QUIERO RENOVAR la suscripción, entienden que sí, que mi deseo es renovarla y por ello no van a escatimar esfuerzos en cobrarme el importe para que pueda disfrutar de sus servicios, unos servicios que ya he dicho que no quiero.

Se les podía haber ocurrido en el correo esta posibilidad y con ello indicarme la manera de cancelar la suscripción, pero no, el correo es claro y escueto: lo seguirán intentando. Pues, nada, que sigan. Ya se cansarán.