En
estas fechas se está celebrando el 60 aniversario de la fundación de la National Aeronautics and Space
Administration, N.A.S.A., lo que traducido es Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio, la
institución norteamericana encargada de todo lo relacionado con el espacio y
los viajes espaciales. Desde pequeño me han fascinado estos asuntos del espacio
y del universo, especialmente unas dimensiones que no alcanzo a comprender.
Algunos
años más tarde de su fundación, sus proyectos se plasmaron en 1969 cuando tres
astronautas en la misión Apolo 11 orbitaron la luna y dos de ellos la pisaron.
El primero en hacerlo fue Neil Armstrong al que podemos ver sonriente en la
fotografía que acompaña esta entrada, que tiene un significado especial para
mí. Neil falleció en 2012 pero su compañero de aventura, Edwin E. «Buzz» Aldrin continúa entre nosotros hoy
en día, octubre de 2018. Los Estados Unidos y la entonces Unión Soviética
mantenían en aquella década de los sesenta una desenfrenada carrera por ser los
primeros en acercarse y pisar nuestro satélite.
Por
aquel entonces, uno de los técnicos americanos que trabajaban en Robledo de
Chavela era Jerónimo. Mi padre, Anastasio, era el cartero que le llevaba las cartas
y que le hizo ganar una apuesta especial. Jerónimo se apostó con sus amigos
americanos que era tan famoso en la zona que si le dirigían una carta en la que
solo figurara su nombre y la población, la recibiría sin problemas. Mi padre,
al ver una carta destinada a un escueto Jerónimo, que venía de Estados Unidos,
no tuvo ninguna duda del destinatario y se la entregó, lo que le hizo ganar la
apuesta. Siendo yo muy pequeño, visité las instalaciones junto con mi padre por
cortesía de Jerónimo, instalaciones que he vuelto a visitar hace algunos años
con motivo de actividades de la Semana de la Ciencia madrileña. Ya de mayor, he
tenido la oportunidad de visitar Cabo Cañaveral, la estación de despegue de la
NASA en Florida, Estados Unidos. Por pocos días no pude presenciar en directo un
despegue del transbordador Atlantis, pero la visita a las instalaciones y los
preparativos fueron impresionantes. Posteriormente, el año pasado visité el
centro que la NASA tiene en Houston, Texas, otro deleite para los sentidos.
En
la misión Apolo 11, la estación de seguimiento de la NASA en Robledo de Chavela
/ Fresnedillas de la Oliva tuvo una especial participación al ser el enclave de
los tres que tiene la NASA en la Tierra que recibía en primicia las
comunicaciones de los astronautas. Técnicos españoles fueron los primeros en
escuchar la famosa frase pronunciada por Neil «Un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad». Uno
de ellos fue Carlos González Pintado, un técnico con más de cuarenta años de
experiencia al que todavía podemos escuchar en charlas que la estación de Robledo
de Chavela programa de forma periódica en su Centro de Visitantes.
Volviendo
a la fotografía, mi padre era un gran coleccionista de sellos. Como no podía
ser de otra manera, Correos se hizo eco de la presencia del hombre en la Luna y
emitió una serie conmemorativa. Ayudado por Jerónimo, mi padre envió una
colección de sellos a Neil Armstrong con la petición de que se la firmara, pero
recibió una amable contestación —ya es todo un detalle— diciendo que los
protocolos de la NASA no se lo permitían pero que en compensación le enviaba
esa foto dedicada. Un detalle como digo que hizo las delicias de mi padre.
Mi
memoria me traiciona, pues recuerdo haber visto el primer paseo lunar humano retransmitido
por televisión en el colegio, pero la fecha en que se produjo, 21 de julio de
1969, no es época colegial y mucho menos la hora, 02:56 UTC, así que sería uno
de los posteriores. Se han escrito ríos de tinta sobre la posibilidad de que todo
esto fuera un montaje, un monumental engaño, pero en los siguientes años nuevas
misiones Apolo llevaron a hombres a la luna en cinco ocasiones más, alcanzando
el número de doce las personas que han paseado por la luna.
El
año que viene, 2019, se celebrará sin duda el 50 aniversario de la llegada del
hombre a la Luna, con lo que podremos volver a recordar y disfrutar de nuevos
eventos relacionados con la exploración espacial. Desde diciembre de 1972,
fecha de la misión Apolo 17, ningún ser humano ha vuelto a pisar la Luna,
aunque parece que el interés por hacerlo se ha suscitado de nuevo, no solo en
Estados Unidos sino en otros países que tienen proyectos espaciales como Japón,
China o la India e incluso empresas particulares. Veremos posiblemente un
renacer del interés por visitar nuestro satélite y quién sabe si con el tiempo
no se convertirá en un lugar especial para pasar las vacaciones para gente
normal y corriente, eso sí, me imagino que con una cierta capacidad monetaria.
Para
terminar, en estos días se ha estrenado la película «The first Man» (El primer
hombre) que narra la vida de Neil Armstrong. Acudí a una sala el propio día de
su estreno con mucha ilusión. Esto quizá hizo que me defraudara la película. No
sabría decir por qué, pero salí algo disgustado. Habrá que verla de nuevo
pasado un tiempo.