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domingo, 17 de enero de 2021

PALINODIA

La profusión de imágenes y vídeos que circulan por las redes sociales y los medios de comunicación en sus páginas de internet crece y crece de forma exponencial a media que pasan los años. Se está construyendo una gran hemeroteca digital accesible a golpe de teclado y ratón que nos permite visualizar una gran cantidad de información sobre hechos ocurridos en el pasado.

Con este vocablo, hemeroteca, se ha construido la llamada «maldita hemeroteca», una forma de utilizar toda esa información para ejemplarizar lo que el viejo refrán nos dice: «donde dije digo, digo Diego». Si queremos pasar un rato, que no califico ni de bueno ni de malo porque será de los dos tipos, no tenemos nada como asomarnos al portal www.maldita.es y brujulear con el ratón por la enormidad de información en la que se puede ver a las mismas personas diciendo, pidiendo o protestando por una cosa antaño y diciendo o justificando todo lo contrario hogaño. Y es que no es lo mismo ver los toros desde la barrera, donde todos somos muy listos y valientes, que bajar al ruedo y ponerse frente a los cuernos del morlaco.

En el terreno político, en el de los directivos de grandes empresas y en el de las celebridades es donde más se dan estas situaciones rocambolescas, que nos provocan la risa pero que no tienen ninguna gracia. Del «yo no voy a subir los impuestos» en las campañas electorales al «voy a subir los impuestos» hay escasos meses; nos volvemos olvidadizos y es que no hay nada como no tener que responder de lo manifestado. Y lo hacen sin ningún pudor, sin que se les caiga la cara de vergüenza. De protestar por los precios de la electricidad cuando se estaba en la oposición hace unos años a llamarse andanas ahora cuando se tiene la responsabilidad de gobierno. Decir que la justicia es igual para todos públicamente y llevarse sus enjuagues por lo bajini sabiendo que no hay problema. Confinar a todos en casa pero salir a dar el paseo matutino o, sería interminable seguir, negar absolutamente —uno de los adverbios más utilizados por la casta política— que se va a presentar a unas elecciones para al día siguiente ¡al día siguiente!, aparecer como flamante candidato. ¿Pasa algo? Pues eso. Pura estrategia, la mentira al poder.

Como bien nos muestran gráficamente Idígoras y Pachi, la política se ha convertido en una profesión. Y no hay nada como practicar el camaleonismo para mantenerse en el machito, cambiando de chaqueta y de planteamientos según venga el viento. Y esto a todos los niveles, local, autonómico, nacional, europeo o mundial. Y de forma bastante generalizada en todos los países del mundo. Y lo peor es que lo asumimos como borreguitos y en la única opción que se nos da cada cuatro años —o los que sean— miramos para otro lado, no consultamos la hemeroteca y nos hacemos los olvidadizos. Total, nos va a dar lo mismo, si al final son todos iguales…

A continuación, una imagen de ayer mismo, con dos ejemplos de trinos en las redes de los cientos o miles que pueden verse a diario…

El conjugar el verbo dimitir debe estar prohibido en ciertos ámbitos. Y no solo el conjugar sino también el llevar a la práctica. La RAE debería retirarlo del diccionario para evitar malos pensamientos que por lo general no llegan a producirse. El verbo «palinodiar» no figura en el diccionario, pero si el vocablo palinodia, cuyo significado es «retractación pública que alguien hace de lo que ha dicho». Retractarse, desdecirse, rectificar, excusarse, arrepentirse, avergonzarse… ni siquiera eso. Con un par.