Todavía me quedan en el tintero algunos
comentarios derivados de mi reciente viaje a Estados Unidos, como el asunto de
los vuelos en avión y temas automovilísticos, pero interrumpo esta mini serie
para intercalar esta entrada. «D» es
uno de los títulos más escuetos que he utilizado –siempre procuro que sean de
un solo vocablo– y me permito tomarle de la numerología romana o etrusca; como
todos sabemos es la letra que designa el número quinientos y ello es porque
esta entrada es la que hace ese número en este blog.
A finales de 2007 se me pasó por la
cabeza la idea de ir reflejando en un blog pensamientos, comentarios y
sucedidos que me fueran ocurriendo con la única idea de ejercitarme un poco en
la escritura obligándome con periodicidad semanal a escribir un par de folios
en «word». Han pasado casi diez años de aquella fecha y aquí queda reflejado el
resultado. Lo de la periodicidad semanal ha dejado de cumplirse en contadas
ocasiones porque en algunos momentos en que me iba a resultar difícil cumplir
me he adelantado utilizando las múltiples herramientas disponibles programando
con antelación la publicación de una entrada.
Como algunos de los lectores de este blog
saben, soy un forofo de la cuenta de vocablos en documentos de texto, de forma
que se pueda uno hacer una idea de su extensión, ya que al ser electrónicos no
tenemos referencias. Sin contar esta entrada, el número de vocablos en el blog
asciende a 490.254. En sí este número no dice nada pero aunque todas las
comparaciones son odiosas, el decir que el más señero de los libros en lengua
española, el Quijote, contiene 381.301 puede servir como referencia para
hacernos una idea de la extensión. Realmente conservo una copia impresa de
todas las entradas, encuadernada anualmente, que de vez en cuando abro por
cualquier punto y releo para recordar situaciones del pasado y también
descubrir algunas erratas que son pertinaces compañeras de todo texto escrito.
De alguna forma este blog me sirve de documentación y en algunas ocasiones
busco entradas antiguas bien para mi propio recuerdo bien para enviárselas a
amigos que me preguntan por algunas cuestiones que ya con anterioridad he
reflejado, como por ejemplo el asunto de las comillas españolas tratado en la entrada «COMILLAS» es algo recurrente que sale a la
palestra con relativa periodicidad y que remito incluso a escritores que siguen
utilizando, indebidamente, las inglesas.
De todos es sabido que un blog es un
documento público, abierto al mundo, que puede ser leído por cualquiera en
cualquier momento y lugar. Sé de buena tinta que algunos amigos y conocidos
leen de forma regular el blog, pero los contaría con algunos dedos más de los
de las dos manos: Mercedes, Miguel Ángel, Dori, Félix, Manolo R., José María,
Rafael, Azucena, Consuelo, Nieves, Patricia, otro Manolo R., Maribel, Ramón,
Carlos, Jesús…perdón si se me olvida alguno, que me lo diga y le incluyo. Pero
la plataforma ofrece como digo un sinfín de herramientas de control que me
permiten conocer que últimamente los accesos semanales al blog, digo accesos porque no se
puede colegir lectura completa o incompleta, sobrepasan con creces el número de
mil. En la última semana fueron concretamente 1.321 accesos, mientras que en
último mes, según la estadística que ofrece el blog fueron 5.497. Realmente no
puedo entender que haya tan elevado número de personas accediendo a estos devaneos
que se me ocurren, pero en alguna ocasión el comentario ha servido de ayuda a
personas que al final han conseguido ponerse en contacto conmigo y hacerme
alguna pregunta o solicitarme alguna aclaración adicional.
Y es que, claro, el blog puede llegar a
ser anónimo, y este lo es. Salvo para las personas que me conocen y pueden
contactar conmigo por otros canales, el nombre de Ángel Luis dice poco o nada.
Una cuestión que da riqueza a un blog es la posibilidad de admitir comentarios
a las entradas. En sus inicios este blog admitía comentarios pero tras unas
pocas semanas me di cuenta de que no era una buena idea. Por un lado se
requería un tiempo considerable en revisarlos y en su caso moderarlos, con lo
que como ya ocurrió en un par de ocasiones te puedes enredar en una discusión
prolongada sin darte cuenta. Por otro lado, ciertos comentarios ofensivos y
maleducados me llevaron a tomar la decisión de renunciar a los comentarios aún
a sabiendas de que el blog tendría un menor alcance.
Aunque no es indicativo, resulta curioso
ver la localización de accesos al blog. En las tres primeras posiciones de
países de habla no hispana aparecen Francia, Estados Unidos y Rusia. En el caso
de Francia más de diecinueve mil accesos en total de lo que se puede deducir
que algunos ¿españoles? Acceden de forma regular a las entradas. Mi
agradecimiento en todo caso para estos lectores anónimos que se «tragan» lo que
se me ocurre escribir semana tras semana.
En cuanto a entradas individuales, la más
accedida de todos los tiempos es «CABREANTE» con 1192 accesos, en donde trataba
de un anuncio de un curso para llevar a cabo ERE’s con éxito. La siguiente es
«PAPYRE» con 1079 accesos donde me hacía eco de mis desavenencias con la
empresa que comercializaba ese lector electrónico y la tercera es «COTORRA» con
888 accesos donde hacía comentarios sobre los anuncios parlantes en estaciones
y zonas públicas.
Tengo que confesar que en algunas
ocasiones me ha resultado difícil encontrar tema a desarrollar, porque las
situaciones son tremendamente repetitivas y puedes caer, de hecho soy
consciente de haberlo hecho, en volver sobre temas ya tratados, pero el paso
del tiempo añade nuevas variantes que pueden enriquecer lo tratado. En todo
caso, no es mi intención convertirme en eso que ahora llaman «influencer» ni tampoco ganar dinero con
este blog, sino como he comentado obligarme a escribir unos párrafos que
siempre vienen bien porque surgen giros lingüísticos o nuevas palabras que
enriquecen el vocabulario, cuando no hay que investigar algo que resulta
placentero, como ocurrió en las entradas «NÚMEROS» y «CALENDARIOS», aunque la
preferida siempre será la ya muy antigua «DESAPARCAR».
En algunas ocasiones se me ha pasado por
la cabeza cerrar este blog, pero por el momento mi intención es seguir semana
tras semana en la brecha, mientras el cuerpo y la imaginación aguanten. El
hecho de que sea una obligación auto impuesta y que no haya que atender por
compromiso con terceras personas facilita la labor.