Un domingo, a última hora de la tarde,
con toda la familia en casa cerrando la semana y preparando la entrante. De
forma casual, surgen tres necesidades procedentes de diferentes miembros de la familia,
que pueden verse en la imagen que acompaña esta entrada. Mi hija se está
fabricando un jersey de punto y se ha quedado sin lana de uno de los colores
que estaba utilizando, que por más señas había comprado fuera de España durante
un viaje. Por otro lado, revisando y cargando las baterías de una cámara de
fotos me doy cuenta que una de las dos que tenemos está fuera de uso, no carga,
por lo que surge la necesidad de adquirir una nueva.
Ya de paso, este asunto de las baterías
en casa empieza a ser preocupante pues empiezan a acumularse unas cuantas de
múltiples aparatos ─teléfonos, cámaras, relojes y otros aparatos diversos─ y se
oye de vez en cuando la ocurrencia de accidentes por explosiones o por
corrosiones. Con ello es una buena idea disponer de sobres o bolsas ignífugas
donde tenerlas recogidas mientras no las estemos usando.
Tres necesidades surgidas a última hora
de la tarde de un domingo. En otros tiempos o bien no se tendrían estas necesidades o se irían solucionando poco a poco en los días siguientes
mediante las oportunas visitas a los comercios correspondientes. Pero estamos
en la era de internet y uno no se resiste a echar un vistazo al mercado a
través de la pantalla del ordenador para ir estudiando el asunto.
En cuanto a la lana para tricotar de mi
hija, tenía claro que la compra tendría que ser a través de internet pues la
marca y el color iban a ser muy difícil de encontrar en una tienda física. La
localicé en la página web de la marca y comprobé que era posible pedirla a
través de internet y mediante envío internacional, eso sí, previo pago de una pasta por el coste del producto y otra
adicional por el envío mediante courier desde
los estados apretados esos.
Al tema del sobre ignífugo era la primera
vez en mi vida que me enfrentaba y como no puede ser de otra manera hay
diferentes empresas que lo comercializan, en diferentes tamaños y con
diferentes capacidades de soportar altas temperaturas. Algunas de ellas admitían
la compra a través de internet y otras indicaban en sus páginas web en que comercios
podían adquirirse sus productos.
El asunto de la batería ya era un pelín más
complicado, porque la cámara de fotos es antigua, bastante antigua, y los repuestos
o bien son de la marca y por ello alcanzan precios prohibitivos o son
generalistas; la mejor manera que yo conozco que comprar baterías compatibles
de cualquier tipo es EBAY, el conocido sistema de compras por internet que pone
en contacto y de forma directa al comprador con tiendas y particulares de todo
el mundo. La batería que buscaba estaba disponible en varias marcas y a muy
variados precios en numerosos sitios de eBAY.
Tras estas indagaciones, siempre está la
bala de la recámara: Amazon. Es difícil resistirse a echar un vistazo y así lo
hice, con la sorpresa de que los tres productos estaban disponibles en la
plataforma, a precios correctos e incluso ligeramente mejores que los vistos y
sobre todo con las facilidades que presenta esta plataforma en el asunto del
envío, con diferentes modalidades a las que te puedes ajustar. Una de ellas es
el envío a lista de correo a una oficina física de Correos. Cuando el paquete
está disponible te remiten un correo electrónico procedente de Amazon y un SMS
de la oficina de Correos para que pases a recogerlo cuando te venga bien, nada
de estar secuestrado en casa esperando que llegue el repartidor.
Siempre me queda la cosa del asunto de
como liquida los impuestos de Amazon y de cómo se está haciendo con el negocio
de una forma descomunal, pero la alternativa de andar pidiendo las cosas que
necesitaba en tres sitios diferentes, con diferentes sistemas de pago y envío
me hizo optar por la parte práctica y realizar el pedido.
Como decimos, era un domingo por la
tarde. A las nueve de la mañana del
martes siguiente, menos de dos días, estaba recogiendo el paquete con los tres
productos en la oficina de Correos. Todo perfecto, todo rápido y todo fácil. Es
muy difícil resistirse a esta nueva forma de comprar cosas, cuando hay unas garantías
y unas formas de funcionar que se adaptan plenamente al cliente y satisfacen
sus necesidades.