En la reunión bimestral, que no
bimensual, que mantengo con mi grupo de cascarrabias suelen salir un montón de
temas de conversación de lo más variado, por lo general siempre interesantes en
los que las opiniones de unos y otros, muchas veces enconadas pero siempre
respetuosas, aportan una mejora del conocimiento general. Uno de los temas que
aparecieron esta semana versaba sobre la veracidad o falsedad de las noticias.
En los tiempos actuales, en los que por la gran interconectividad que tenemos,
las noticias circulan a una gran velocidad y muchas veces las hacemos nuestras y
las rebotamos sin pararnos un poco a pensar y valorar su posible veracidad o
falsedad.
El buen amigo Manolo sacó a colación un
documento atribuido al alemán del III Reich Joseph Goebbels y por tanto
con unos cuantos años de recorrido, que detallaba once principios a seguir en
la construcción de propaganda para hacerla creíble aunque fuera falsa. Sin
embargo, investigando un poco a instancias del propio Manolo, un profesor emérito de psicología de la
Universidad de Yale, Leonard W. Doob, mencionó que eran 19 los principios en lugar
de 11. Siempre es necesaria más investigación y no quedarse en la superficie.
Me parece un tema interesante y he echado un vistazo por ahí
a ver que se cocía. A lo largo del año pasado, una de las más conocidas redes
sociales, Facebook, publicaba otra serie de recomendaciones a tener muy
presentes a la hora de identificar posibles noticias falsas y de esa forma
evitar su propagación por las redes. En la prensa diaria de esta semana han
aparecido anuncios de Facebook a página completa con estas recomendaciones.
Hay mucha información y de muy variados sitios sobre este
asunto. Las búsquedas en internet pueden resultar interminables con opiniones y
recomendaciones para todos los gustos. Una frase sencilla que puede contener la
clave es la ofrecida por el profesor Jevin West que dice así: «I love to encourage our students to think more and share less», lo que traducido es «Me encanta animar a nuestros estudiantes a pensar más y compartir menos».
Esta semana, sin ir más lejos, en otra de las redes sociales, Twitter, el conocido escritor Arturo Pérez Reverte ha tenido
que desmentir noticias publicadas atribuidas a él porque otro usuario con su
misma foto y «casi» su mismo nombre le ha suplantado y se ha dedicado a sembrar
cizaña. Numerosos usuarios de twitter han dado absoluta credibilidad
a los comunicados como si fueran del propio Arturo Pérez Reverte cuando en
realidad no lo eran. Y no es la primera vez que aparecen textos escritos que
también atribuyen de forma falsa la autoría a este escritor.
Como este blog me sirve a mí de documentación propia, a
continuación reproduzco unas y otras, si bien hay que decir que las he
encontrado por varios sitios y aunque en esencia coinciden, hay algunas
diferencias que vienen a aseverar que las fuentes de donde bebemos la
información no siempre son cien por cien fiables.
FACEBOOK – Consejos
para identificar noticias falsas
No confíes en los
titulares. A menudo las noticias falsas tienen titulares llamativos en mayúsculas
con signos de exclamación. Si el titular contiene afirmaciones impactantes que
resultan inverosímiles, lo más probable es que lo sean.
Examina la URL de
cerca. Una URL falsa o que copia a una real puede indicar que se trata de
una noticia falsa. Muchos de los sitios web de noticias falsas imitan fuentes
de noticias auténticas haciendo pequeños cambios en la URL. Puedes ir al sitio
web para comparar la URL con as fuentes oficiales.
Investiga la fuente.
Asegúrate de que la historia provenga de una fuente de confianza, que cuente
con una buena reputación por su veracidad. Si la historia procede de una
organización desconocida, consulta la sección «Información» de su sitio web
para conocer más detalles.
Fíjate en el formato.
Muchos sitios de noticias falsas tienen faltas de ortografía o un diseño extraño.
Si detectas cualquiera de estos indicios, lee con atención.
Presta atención a las
fotos. Las noticias falsas suelen contener imágenes o vídeos manipulados.
En ocasiones, la foto puede ser auténtica, pero haber sido sacada de contexto.
Puedes hacer una búsqueda de la foto o imagen para verificar su procedencia.
Revisa las fechas.
Las noticias falsas pueden tener una cronología sin sentido o incluir fechas
que han sido alteradas.
Verifica los hechos.
Verifica las fuentes del autor para confirmar que son exactas. Si no se aportan
pruebas o se confía en expertos cuya identidad no se menciona, es posible que
la noticia sea falsa.
Consulta otras
noticias. Si ninguna otra fuente de noticias informa de la misma historia,
es posible que sea falsa. Sin embargo, si varias de las fuentes en las que confías
informan de ella, es más probable que sea cierta.
¿La historia es una
broma? A veces es difícil diferenciar las noticias falsas del humor o la sátira.
Comprueba si la fuente de la noticia es conocida por sus parodias, y si los
detalles y el tono de la historia sugieren que esta se ha escrito en clave de
humor.
Algunas historias son
falsas de manera intencional. Mantén una actitud crítica cuando leas una
historia y comparte solo las noticias que pienses que son creíbles.
GOEBBELS
- Los once principios de la propaganda
Principio
de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea,
un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo.
Principio
del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola
categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma
individualizada.
Principio
de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios
errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. Si no puedes negar
las malas noticias, inventa otras que las distraigan.
Principio
de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier
anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.
Principio
de la vulgarización. Toda propaganda debe ser popular,
adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va
dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el
esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y
su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar.
Principio
de orquestación. La propaganda debe limitarse a un número
pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez
desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo
concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase: "Si
una mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en verdad".
Principio
de renovación. Hay que emitir constantemente
informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario
responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del
adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
Principio
de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes
diversas, a través de los llamados globos sonda o de informaciones
fragmentarias.
Principio
de la silenciación. Acallar las cuestiones sobre las que no
se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario,
también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.
Principio
de la transfusión. Por regla general, la propaganda opera
siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o
un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir
argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.
Principio
de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente de que
piensa "como todo el mundo", creando una falsa impresión de
unanimidad.